Vayamos a lo importante, ya que en este mundo globalizado y tercerizado, más que mercado de valores, tenemos mercados de precios, lo que se exporta y que algún otro importa, solo, medidas en que sube o baja la bolsa. Exportar, e importar, y hablamos de fronteras...
Todo importante, porque importamos, adquirimos, traemos de otro lado, pagamos el precio del intercambio, del negocio, sin reconocer lo que hacemos con lo propio y de lo propio.
Importamos, no a alguien, lo cual es relación, intercambio como diálogo de amor. ¿Importamos? ¿Y en este caso, cuáles son las fronteras entre tu y yo?.
La autarquía de nuestros fracasos está dada justamente, por los límites de nuestra yoidad, esa moda ubérrima que exportamos e importamos diariamente, yo yo y yo donde no existen otras posibilidades de conjugación mas que en primera persona: yo importo; yo importas; yo importo, solo para mí, porque no importo para ti, es obvio, porque tu no es mas que resto, lo que queda después de mi mismidad ególatra, o sea, yo yo y solo yo. , de donde no salgo, porque cruzar fronteras implica ir, ir a un encuentro inevitable con otro, de intercambios, de valores, contigo, tu, segunda posibilidad de conjugación, pasada de moda claro está. Tu, multitud aislada y abandonada por mí, porque:
¿Qué importo yo cuando nadie importa?
¿Qué importas tú cuando yo no importo?
¿Total si a solas tengo razón, para qué buscar en otro lado, si tú como otro que también dice yo, tiene a solas razón?.
La verdad es otra cosa. Cotillón es lo que queda, solo el resto para ti, y tu también dices yo, yo yo y solo yo. Cotillón prescindible pero necesario, no es la razón de mi júbilo, es accesorio.
La cultura es, son los valores, condición del ser.
La civilización tiene, son los precios, condición del tener, porque hoy tienen precio los valores, precio de la barbarie que dice: todo lo que no soy yo es resto, cotillón, accesorio, tú, que no eres la razón de mi júbilo, prescindible, y solo necesario.
Porque ignoro lo que soy estás tú, para tener donde vengar mi ignorancia.
Cultura de valores es otra cosa, porque si sumo yo y tú, surgimos nosotros, verdadero negocio como negación del ocio negligente y mal entendido.
Yo te importo, tú me importas, nos importamos, verdadero intercambio en diálogo de amor.
¿El resto... ? EL RESTO ES COTILLÓN...